Por H.J. ROBERTS, M.D., F.A.C.P., F.C.C.P.
En mi opinión, la EA aflige a numerosos consumidores de dichos productos, probablemente sean millones. Esto se basa en mi propia base de datos de más de 1,200 reactores al aspartame en una extensa investigación, aunada a las miles de quejas remitidas por personas furiosas a la Food & Drug Administration (FDA por sus siglas en inglés y entidad encargada de emitir las autorizaciones de libre circulación de medicamentos y alimentos en el mercado norteamericano).
Ciertas áreas del cerebro, ojos, oído interno y nervios periféricos son altamente vulnerables. Las características más frecuentes de la EA incluyen dolores de cabeza, mareos, problemas de equilibrio, confusión, visión mala o doble, convulsiones, zumbidos de oídos, torpeza al hablar, temblores, fatiga extrema, desequilibrios motores o sensoriales que afectan a las extremidades y otras afecciones neuropsiquiátricas.
Me he topado registro de pacientes con EA en los cuales estas características -en combinaciones variables- fueron diagnosticados con esclerosis múltiple. Esto ha sido particularmente notorio en los casos de mujeres pendientes de su peso y por tanto consumidoras de productos "dietéticos", edulcorantes artificiales y chicles sin azúcar. El rol causante o contribuyente del aspartame fue convincentemente marcado por:
Un diagnóstico erróneo de Esclerosis Múltiple (EM) puede causar graves daños a una persona durante años. En este sentido y en mi opinión, este diagnóstico no debe hacerse a individuos que tengan antecedentes de consumo de productos con aspartame hasta que hayan pasado por un largo período de total abstinencia. Debo enfatizar que hallazgos menores en una Resonancia magnética o una Tomografía del cerebro no confirma concluyentemente este diagnóstico.
Estos detalles se analizan en:
Internista certificado, Miembro de la Academia Americana de Neurología, Miembro de la Sociedad de Endocrinología. Ha escrito sobre EM cerca de cuatro décadas. En su haber existe un sin número de investigaciones personales sobre la patogénesis de la EM.
REFERENCIAS